sábado, 10 de enero de 2009

La sal y la nieve

Las calles de mi ciudad están blancas. No, no por la nieve caída que no ha sido mucha y ya se ha ido al garete, si no por la cantidad de sal que se ha esparcido por todas las calles.
Parece un medida efectiva utilizar este fundente, pero en su justa medida. No se trata de matar hormigas a cañonazos.
¿Nos hemos parado a pensar que toda esa sal termina en los ríos?
¿Hay estudios que investiguen el impacto medioambiental que eso produce?

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